
1.- Hoy, me doy cuenta sobre los cambios
que he venido dando a mi rutina de vida que apenas unas semanas atrás ni
siquiera era capaz de pensar. Hoy he
aprendido que no hace falta ser un soldado armado para participar en una
guerra. Hoy me siento un soldado, un soldado diferente donde mi labor no es
atacar al enemigo sino resguardarme y protegerme lo mejor posible, tanto a mi
como a los soldados que me rodean. Estoy aprendiendo a vivir y sobrevivir en
una guerra que siempre vi como posible sólo en películas.
2.- Mañana, me despierto y me doy cuenta
que sigo vivo, sobreviví a la guerra, y cuando miro atrás reconozco que durante
el proceso, aparte de protegerme, aprendí muchas cosas nuevas, por ejemplo, ahora
soy un experto en el manejo de reuniones online. Pude conectarme con muchas
personas, viejos amigos, viejos estudiantes y nuevas conexiones para mantenerme
activo haciendo las cosas que me apasionan y me conectan con la trascendencia,
que es y ha sido mi búsqueda al nivel mas alto en la jerarquía de Niveles Lógicos y
Neurológicos que aprendí en la Programación Neurolingüística (PNL).
Si antes fui
agradecido de sentirme parte de una familia unida y de contar con buenos
amigos, ahora más que nunca celebro el hecho de, que no importan las distancias
ni las circunstancias, lo que
siembres con tu actitud, presencia
y constancia en la interacción con los amigos y con los seres que amas, siempre
te dará una extraordinaria cosecha.
También puedo comprobar el poder de la
resiliencia como un valor intrínseco en los seres humanos, que tenemos esa
capacidad de salir fortalecidos de los momentos apremiantes y difíciles que nos
toca atravesar por el hecho de estar vivos.
.
Y en ese “mañana” no solo me evalúo yo. También observo
como el mundo cambió. La gran mayoría de las personas aprendió a dar más
valor a la vida, a sentirse agradecido de haber sido parte de esta generación
que vivió y sobrevivió este holocausto moderno. Es como cuando se ha superado
una enfermedad muy grave y durante ese proceso de estar jugando entre la vida y
la muerte, reflexionamos sobre lo que hemos hecho bien o mal, lo que hemos
pospuesto, las palabras de agradecimiento que no dijimos, la llamada y el te
quiero que pude hacer y disfrutar, pero que culpando al tiempo y a la ocupada
rutina, o sencillamente por descuido, siempre las fui dejando de lado.
.
Si!!, quiero creer, que esa nueva actitud ante la
vida también pasó a ser, gracias a la pandemia, el otro virus del que
afortunadamente quedamos contagiados.
Graciassss!!!!
Podemos hacer
un mundo mejor. Hagamos que suceda H.Q.S.
Gerardo Velasquez
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